Teresa Victorio Santoyo

Teresa Victorio, una mujer de infinita gracia y amor, partió de este mundo el 10 de abril de 2025, a la edad de 81 años, después de una larga lucha contra el cáncer. Nacida el 15 de Octubre de 1943 en Jalisco, México, Teresa era una luz brillante en la vida de todos los que tuvieron el privilegio de conocerla. Su valentía y fortaleza en sus últimos días fueron un testimonio inspirador de su carácter resiliente y amoroso.

A lo largo de su vida, Teresa se dedicó principalmente a ser ama de casa mientras criaba a sus hijos, pero su deseo de cuidar de los demás nunca se detuvo. Después de trabajar en Pilgrim's Pride, se jubiló solo para encontrar una nueva forma de dar su amor al mundo: cuidando de los niños de familias trabajadoras locales y, con sumo cariño, de algunos de sus propios nietos. Fue una madre y abuela excepcional, cuyo mayor orgullo fueron su familia y la felicidad que irradiaba en cada encuentro.

Los recuerdos que deja son numerosos y entrañables. Era conocida por su habilidad para recordar los cumpleaños de todos, siempre haciendo llamadas telefónicas el día especial de cada uno. A lo largo del año, ungía a sus hijos y nietos con amor en forma de una cena especial de enchiladas en sus cumpleaños, sin que importara si era un día de semana. Teresa vivía con la certeza de que no había desconocidos, solo amigos que aún no habían sido presentados; su calidez y amabilidad la convirtieron en un pilar en su comunidad, donde topar con alguien conocido era la norma en sus paseos.

El compromiso de Teresa con su fe tambien fue igualmente notable. Terminó el segundo grado en la escuela primaria en México, y su amor por el conocimiento continuó a lo largo de su vida, siempre con la Biblia o algún libro en sus manos. En su iglesia local en Nacogdoches, participaba activamente en muchos ministerios, incluyendo ser catequista y miembro de grupos de oración. Su dedicación ha dejado una huella imborrable en el corazón de su comunidad.

Amante de la Palabra, la jardineria, y los desafíos como los crucigramas y los rompecabezas, Teresa disfrutaba de la compañía de sus seres queridos en eventos familiares. Era una fuente de alegría y significado, y su espíritu vivaz se recordará a través de las actividades que más disfrutaba, como cocinar, colorear y hacer ganchillo.

Teresa deja atrás a su amado esposo J. Refugio Victorio, así como a sus hijos Manuel Victorio y su esposa Vicky, María Victorio y su esposo Rubén Lara, Ignacio Victorio y su esposa Sandra, Leticia Victorio y su esposo Isidro Castillo, Francisco Victorio y su esposa Arely, José Victorio e Isidro Victorio. La familia también incluye a sus nietos Yesenia Castillo, Luis Castillo, Jade Castillo, Perla Castillo, Uziel Victorio, Alexa Victorio, Stephen Victorio, Isai Lara, Elienai Lara y Génesis Victorio. Además, su legado continúa a través de sus hermanos: Apolonio Santoyo, Casimiro Santoyo, Felipe Santoyo, Ramona Leos, Celida Camacho y Eustolia García, junto a muchos sobrinos y sobrinas que la adoraban.

Con un corazón generoso y un espíritu lleno de amor, Teresa fue un ejemplo fantástico de esposa, madre y abuela que verdaderamente extrañaremos. Se reunió con sus seres queridos que la precedieron en la muerte, incluyendo a su madre Rosa Venegas, su padre Felipe Santoyo, y sus hermanos María Cruz Camacho, Emérita Santoyo, Inocente Santoyo, Amador Santoyo y Santiago Santoyo.

La vida de Teresa Victorio, marcada por actos de bondad y entrega desinteresada, resuena en los corazones que deja atrás. Su luz seguirá brillando en la memoria de todos quienes tuvieron el placer de conocerla.